23 noviembre 2010

Complejidad


“Ignorar la complejidad es, generalmente, una de las características de las ideologías, y sin duda la razón principal de su éxito. Su perspectiva simple y literalista nos promete la liberación de la duda, de la ambigüedad, de la dificultad. Las ideologías se concentran en una única imagen que encarna su lado parcial de la verdad de una forma tan impresionante que paraliza la imaginación del discípulo y la cierra a cualquier otra posibilidad. « Los hechos que no se ajustan, simplemente no son digeridos», escribe Mary Midgley. «Ejemplos de esas imágenes hipnóticas son la lucha de clases en el marxismo, la rata condicionada en el conductismo, el deseo sexual reprimido en el psicoanálisis, y el "gen egoísta" en sociobiología.»

Igual que los dáimones se polarizaron en ángeles y demonios literales, así el literalismo polariza una visión del mundo imaginativa y ambigua en ideologías opuestas, cada una de las cuales cree estar en el lado de los ángeles y demoniza a la otra. El comunismo demoniza al capitalismo, y viceversa. Los cristianos fundamentalistas demonizan a los neodarwinistas, y viceversa. Aunque una ideología crea que ha triunfado sobre su oponente, sigue acosada por los dáimones desde dentro; el capitalista teme a «los rojos que hay bajo la cama», el comunista ve «traidores de clase» por todas partes, el fundamentalista cristiano ve la mano de Satanás en las actividades más inofensivas. Las ideologías propenden al fanatismo porque están cargadas inconscientemente con los dáimones que han negado y los mitos que han repudiado. Están en poder de la sombra proyectada por su propia certeza, como los célebres viejos puritanos cuya negación de la sexualidad los llevó a ver desenfreno en todas partes.

Incluso el liberalismo, que se jacta de su tolerancia, puede demonizar creencias que parecen, por ejemplo, autoritarias. Aun reconociendo su deuda ética con el cristianismo, el liberalismo rechaza sus categorías más desafiantes: el pecado debería ser tratado con psicoterapia, la desespera¬ción espiritual con antidepresivos. Esa criatura oximorónica -el liberal fanático- ve la "incorrección política", como las obras de Satanás, en todas partes; y no admite ningún valor fuera de su propio humanismo secular.”


Patrick Harpur "El fuego secreto de los filósofos"

03 octubre 2010

Origen del deporte moderno

Thomas Arnold
Existe un consenso más o menos generalizado en señalar que el deporte moderno nació en Inglaterra, en el siglo XVIII, mediante un proceso de transformación de juegos y pasatiempos tradicionales en el que tuvieron un papel relevante las escuelas y clubs ingleses. Algunos personalizan más y señalan a la figura de Thomas Arnold (1785 - 1842), director del Colegio de Rugby en la primera mitad del siglo XIX. Arnold, clérigo además de pedagogo, quiso fomentar la afición por los juegos reglamentados como método para desarrollar la solidaridad, la competitividad y el “juego limpio” entre sus alumnos.
Pero dejando a un lado anécdotas circunstanciales el deporte tal y como hoy lo concebimos surgió y se consolidó en todo el mundo a finales del siglo XIX debido a fenómenos sociales, de clase, muy concretos. Demos la palabra al historiador Eric Hobsbawm y su libro ‘La Era del imperio (1875-1914)’:

23 septiembre 2010

Arthur Machen Un fragmento de vida


“… pero aquella mañana yo las veía iluminadas por una luz nueva, como si llevaran puestas las gafas mágicas del cuento.”

“… y de pronto hubiera irrumpido en la plaza del mercado una loca compañía de danzantes extrañamente ataviados que bailaban desenfrenadamente a un ritmo cada vez más acelerado…”

“Pero Darnell no tenía miedo, gracias al Lucero del Alba que había comenzado a resplandecer en su corazón.”

“Así desperté de un sueño en que soñaba con un barrio de Londres, con trabajo diario, con pequeñas cosas tediosas e inútiles; y, al abrir los ojos, vi que me hallaba en un bosque arcaico, donde un límpido manantial se alzaba en nieblas y vapores bajo un calor que volvía trémulo el paisaje. Y desde los lugares ocultos del bosque vino a mi una forma, y mi amor y yo nos unimos junto al manantial.”
  

02 septiembre 2010

Vuelta a las andadas

En Internet el tiempo es como un acordeón, o más bien como una nevera. O acaso un tronco de roble. Entrar en esta dimensión te permite soltar boyas y botellas de cristal. Errar y errar hasta volver al mismo punto. Un punto diferente y aparte.