Algo está cambiando cuando en prácticamente todas las ciudades de este país han salido miles de aficionados del FC Barcelona ayer noche a las calles para festejar la victoria de su equipo en la Liga de Campeones. Decían en TV3, a propósito de los intrépidos (o inconscientes) seguidores blaugranas en La Cibeles que era muy duro ser del Barça fuera de Cataluña. Bueno, quizás en Madrid si lo sea (estoy por creer que tampoco) pero en el restro de ciudades españolas definitivamente no, viendo lo de ayer en Granada, Salamanca, Ciudad Real o Valladolid (feudos no tenidos por barcelonistas precisamente). La situación ha cambiado (a pesar de los agoreros de los dos españas, tan apocalípticos e impotentes ellos). Hace 10 años eramos una minoría insignificante, ahora somo una minoria apreciable. Y esto es bueno. Creo que el ser del Barça fuera de Cataluña (también puede serlo seguir al Real Madrid en Barcelona) puede ser signo de una buena salud mental, de no dejarse arrastrar por la marea. Hacer ver a la mayoría que no hay una única adhesión posible. Romper estereotipos caducos que algunos nostálgicos estrechos de miras se niegan a soltar (y esto va dirigido a los supuestos dos bandos por igual). Un signo de inteligencia, en definitiva. Y todo este sesudo análisis después de quedarme ronco ayer.
Saludos.
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