23 septiembre 2010

Arthur Machen Un fragmento de vida


“… pero aquella mañana yo las veía iluminadas por una luz nueva, como si llevaran puestas las gafas mágicas del cuento.”

“… y de pronto hubiera irrumpido en la plaza del mercado una loca compañía de danzantes extrañamente ataviados que bailaban desenfrenadamente a un ritmo cada vez más acelerado…”

“Pero Darnell no tenía miedo, gracias al Lucero del Alba que había comenzado a resplandecer en su corazón.”

“Así desperté de un sueño en que soñaba con un barrio de Londres, con trabajo diario, con pequeñas cosas tediosas e inútiles; y, al abrir los ojos, vi que me hallaba en un bosque arcaico, donde un límpido manantial se alzaba en nieblas y vapores bajo un calor que volvía trémulo el paisaje. Y desde los lugares ocultos del bosque vino a mi una forma, y mi amor y yo nos unimos junto al manantial.”
  

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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